El cansancio o agotamiento mental es del todo real y se experimenta cuando sometemos a nuestro cerebro a una sobrecarga de trabajo. En la mayoría de los casos va de la mano de un agotamiento físico.
Cansancio mental y síntomas:
La sintomatología puede ser diferente según la persona, pero en general estos son los síntomas que se experimentan:
- Dificultad para concentrarse, planificar y tomar decisiones.
- Apatía y pérdida de interés en actividades de las que antes se disfrutaba.
- Irritabilidad. Cualquier cosa resulta molesta y se alcanza un estado de enfado y crispación con mucha facilidad.
- Insomnio que puede manifestarse en dificultad para dormirse, para mantener el sueño con frecuentes despertares o la sensación de no haber descansado a pesar de haber dormido horas suficientes.
- Cambios de apetito, bien por exceso o por defecto.
- Dolores de cabeza.
- Tensión y dolor muscular.
- Dificultad para respirar.
- Taquicardias y problemas vasculares.
- Problemas digestivos.
¿Qué hacer para combatir el agotamiento mental?:
Es importante poner remedio a tiempo y evitar que el cansancio se cronifique.
Para ello hay muchas cosas que podemos hacer como, por ejemplo:
- Hacer deporte. No es necesario apuntarse al gimnasio y darnos una paliza todos los días, con salir a pasear entre media hora y una hora diaria puede servir. De hecho, el exceso de ejercicio también puede acentuar nuestro cansancio físico y, por extensión, el cansancio mental.
- Llevar una alimentación sana y equilibrada. Tener un adecuado aporte vitamínico va a ayudar a nuestro organismo a sentir que tiene de dónde tirar no sólo para las funciones físicas, sino también para las funciones mentales. Esto nos va ayudar a concentrarnos mejor, a planificar y tomar decisiones, a descansar mejor, a sentirnos más fuertes y menos cansados físicamente.
- Practicar algún tipo de meditación o yoga. Esto va a permitir a nuestra mente parar, cambiar los patrones de pensamiento y evitar las rumiaciones. En muchos casos los pensamientos intrusivos y rumiaciones son la causa principal del agotamiento, haciendo que la persona piense constantemente en cosas del pasado y anticipe de manera continua, sin poder disfrutar el presente.
- Gestión del tiempo. “Muchos poquitos”. Una adecuada planificación y gestión del tiempo nos permitirá ir completando tareas de pocos en pocos, dotándonos de la sensación de ir acabando obligaciones con la liberación que esto supone.
- Actividades placenteras. Dejarnos tiempo para desconectar, buscar el ocio que nos permita salir de nuestra rutina, esa que tanto nos agota, para recargar las pilas.
- Una correcta higiene del sueño. Descansar es primordial, no sólo dormir, sino tener un sueño reparador.
¿Por qué sufro agotamiento mental y cuándo acudir al psicólogo?:
Los desencadenantes pueden ser de origen muy diverso: una ruptura amorosa, un exceso de carga de trabajo, acoso laboral, la pérdida de un ser querido, una enfermedad, cuidar de una persona dependiente, perder el empleo, un confinamiento… Nuestro cuerpo se pone en modo “defensa” ante una amenaza que puede ser real o no. Esto nos llena de energía para combatir dicha amenaza, un exceso de energía que derrochamos y que puede ser realmente agotador.
En la mayoría de los casos, con el tiempo y si el problema desaparece, la sobrecarga mental también lo hace y se deja de experimentar la sensación de agotamiento. Pero,¿qué pasa cuando esto no ocurre y la persona siente que el cansancio le acompaña de manera constante y empieza afectar a diferentes aspectos de su vida diaria?
Cuando algo no funciona como debería en nuestro sistema de afrontamiento, el estrés se ha convertido en ansiedad y se ha instalado para quedarse, para dejarnos tan sólo una rayita roja de batería con la que combatir el día a día. Es el momento de buscar ayuda psicológica.
Para conocer y conectar con Cristina Soberón experta en la materia, visita su perfil de Nuna o directamente solicita una cita en su calendario.