Ataque de ansiedad: síntomas y qué hacer

¿Alguna vez sufriste tantos nervios que no podías dejar de temblar? ¿Que se te aceleraba el pulso y tenías dificultad para respirar? ¿Sentiste una opresión en el pecho que te hizo pensar en lo peor? Todas estas sensaciones suelen suceder durante un episodio de ansiedad o un ataque de ansiedad, un estado de corta duración y gran intensidad que desencadena muchos síntomas físicos.

 

En este artículo te explicamos en qué consiste un ataque de ansiedad y te enseñamos algunos trucos para que puedas aprender a distinguirlo de otros trastornos, así como algunas técnicas que puedes utilizar para tratar una crisis de ansiedad.

 

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Qué es un ataque de ansiedad

Un ataque de ansiedad consiste en una sensación repentina de miedo intenso o malestar que alcanza un nivel insoportable en pocos minutos para quienes lo sufren. Tal es su magnitud que algunas personas suelen confundir el malestar que provoca un ataque de ansiedad con los síntomas de un ataque al corazón. 

Aunque la duración de este tipo de ataques es difícil de establecer, suele oscilar entre los 10 y los 45 minutos. El ataque puede producirse a partir de un estado de calma o de un estado de ansiedad más moderado. Una vez atravesado el ataque, la persona vuelve a su estado previo, sin que ello signifique que no se puedan producir más ataques en el corto plazo.

Un ataque de ansiedad suele durar entre 10 y 45 minutos. Fuente: Unsplash.

Síntomas de un ataque de ansiedad o pánico

Hay distintas señales que nos indican que se está ante un ataque de pánico. No todos ocurren al mismo tiempo ni con la misma intensidad, por lo que es bueno poder distinguir entre los siguientes síntomas cuando se presenten:

    • Palpitaciones o aceleración del pulso. El corazón comienza a latir más fuerte y deprisa, subiendo la frecuencia cardíaca.
    • Dificultad para respirar y sensación de ahogo. Se manifiesta en la falta de aire y en la hiperventilación. Se puede confundir con un ataque de asma.
    • Presión en el pecho. Se nota dolor y malestar cerca del corazón. Se puede confundir con un ataque al corazón.
  • Sudoración, temblor y dolor de cabeza. Estos síntomas aparecen por la situación de nerviosismo y descontrol.
  • Llanto y gritos. Surgen por los nervios que pasa la persona que sufre el ataque.
  • Náuseas y molestias gastrointestinales. Surgen por los nervios y pueden engañar a la persona que los sufre, pensando que se trata de otro trastorno.
  • Mareo o sensación de desmayo. Al igual que otros síntomas, puede generar confusión, pensando que se trata de otra afección.
  • Hormigueo en las manos o en la cara. Se trata de uno de los síntomas más leves, aunque hay que prestar especial atención a su presencia conjunta con otros síntomas de la lista.
  • Sensación de irrealidad (desrealización). Se pierde la noción de qué es real y qué no.
  • Verse en tercera persona (despersonalización). La persona comienza a verse desde fuera, como si se estuviera observando a sí misma.
  • Miedo a la pérdida de control. La persona teme perder el dominio de la conducta, los pensamientos o los impulsos.
  • Miedo a morir de manera inminente. Se presenta en los casos más severos de ataques de pánico.

Como ves, son muchos los síntomas que pueden indicar la presencia de un ataque de ansiedad. Por eso, es recomendable valorar la ansiedad y su grado. Realiza un test para evaluar la ansiedad y sal de dudas.

Es recomendable evaluar la ansiedad antes de acudir a un psicólogo. Fuente: Unsplash.

Trastorno de pánico

Uno de los trastornos de ansiedad más comunes en la mayoría de los casos es el trastorno de pánico, que, a su vez, es el que provoca los conocidos ataques de pánico (sensación de miedo extremo sin un peligro aparente que la justifique). 

La mayoría de los síntomas son iguales a los sufridos durante un ataque de ansiedad:

  • Taquicardia.
  • Dolor en el pecho.
  • Dolor de estómago.
  • Problemas para respirar.
  • Sudores, calor y escalofríos.
  • Hormigueo en las manos.

Los ataques de pánico pueden suceder en cualquier momento y lugar, sin ningún aviso previo. En general, este tipo de trastorno es más común entre las mujeres que entre los hombres.

A su vez, los ataques de pánico suelen manifestarse por primera vez durante la primera etapa de la edad adulta, cuando se producen cambios significativos en la vida diaria y ante los cuales puede surgir la ansiedad: emancipación, las primeras experiencias laborales, rupturas amorosas, etc. 

 

Causas de una crisis de ansiedad

La presencia de un cierto grado de ansiedad es necesaria (sin que esto derive en un trastorno), ya que esta es esencial para que nuestro organismo mejore su rendimiento y esté alerta ante situaciones de estrés.

 

Sin embargo, cuando los niveles de ansiedad superan ese grado de necesidad para el organismo, se convierte en un trastorno que paraliza y debilita a la persona que la siente. Es entonces cuando debe tratarse para mejorar la calidad de vida.

 

Una de las causas que explica la aparición de las crisis de ansiedad es la predisposición genética a sufrirlas por un fallo del sistema de alarma frente al estrés. Este sistema de alarma se activa cuando los seres vivos detectamos situaciones potencialmente peligrosas. A su vez, este sistema, también conocido como reacción de lucha o huida, produce tres tipos de respuesta:

 

  • La lucha
  • La huida
  • La parálisis

 

En las dos primeras se experimenta la aceleración del ritmo cardíaco y una respiración acelerada, entrando en un estado de hiperalerta que nos prepara para luchar o salir corriendo. Lo mismo ocurre durante un ataque de ansiedad, solo que, en este caso, no hay una amenaza real.

 

Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad y cada uno de ellos tiene asociadas unas causas. Puedes consultar los más comunes en el artículo “Ansiedad: tipos de trastornos y tratamiento”.

Cuando los niveles de ansiedad son muy altos, es momento de buscar ayuda profesional. Fuente: Unsplash.

 

Qué hacer para calmar un ataque de ansiedad

Aunque durante un ataque de ansiedad se vive una situación límite de máxima intensidad y puede resultar complicado lidiar con él, hay distintas maneras de contrarrestar los síntomas o hacer que desaparezca de manera progresiva la sensación de angustia.

 

Técnicas de relajación

 

Con estos sencillos métodos puedes aliviar los síntomas de un ataque de ansiedad o pánico:

  • Busca un lugar tranquilo y cierra los ojos. Intenta eliminar cualquier estímulo ambiental para acabar con la crisis de angustia.
  • Distráete haciendo otra actividad. Una muy sencilla: contar hacia atrás desde 100 hasta 0.
  • Visualiza un lugar que te relaje. Procura hacer foco en un sitio que te transmita paz.
  • Controla la respiración. Así evitarás la hiperventilación y la descompensación entre el oxígeno y el dióxido de carbono.
  • Pon en práctica la relajación muscular. Concéntrate y relaja cada músculo del cuerpo.
  • Usa aceites esenciales. Pon unas gotas en un pañuelo y huélelo, te ayudará a relajar tu sistema nervioso.

También hay algunos ejercicios contra la ansiedad que puedes poner en práctica cuando sientas las primeras señales de un ataque. 

 

Buscar asistencia médica

Es posible que pongas en práctica todas las técnicas de relajación anteriores y que estas no arrojen el efecto que esperabas o, incluso, que la situación no te permita ponerlas en práctica. 

 

En esos casos, lo mejor es acudir a urgencias y recibir atención médica. ¿En cuánto tiempo? Si después de media hora los ataques de ansiedad no remiten, es momento de acudir al servicio de urgencias.

 

Realizar terapia con un psicólogo 

La mayoría de las personas que sufren algún tipo de trastorno de ansiedad o ataques de pánico mejoran considerablemente gracias a la terapia y consiguen una mejor calidad de vida. Con el transcurrir de las sesiones, la persona puede aprender a identificar y a cambiar los patrones de pensamiento que conducen a las situaciones de pánico. 

Si nunca recibiste atención médica por parte de un profesional de la salud mental, es normal tener dudas y preguntas. Por eso, te recomendamos leer esta lista de preguntas frecuentes antes de ir al psicólogo.

Si experimentaste alguno de los síntomas que describimos en el artículo o conoces a alguien que los sufra con frecuencia, te animamos a contactar con un terapeuta. Para ello, echa un vistazo a este directorio de psicólogos en el que puedes filtrar tu búsqueda por especialidad, cercanía y experiencia.

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