Ansiedad: tipos de trastornos y tratamiento

La mayoría de las personas sentimos ansiedad en algún momento de nuestra vida diaria: antes de una entrevista de trabajo, segundos antes o después de un accidente con el coche, al hablar frente a un gran número de personas, etc. Sin embargo, a veces la ansiedad deja de ser un episodio puntual para dar paso a una condición que deteriora enormemente la calidad de vida de quien la padece.

Según cifras reveladas por Naciones Unidas casi mil millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental. Otra encuesta, realizada por la Confederación de Salud Mental de España, concluyó que más de la mitad de las personas afectadas por algún tipo de ansiedad no reciben el tratamiento necesario para lidiar con esta condición a tiempo.

En este artículo, hablaremos sobre qué es la ansiedad, así como cuáles son sus causas, los tipos más comunes y los tratamientos posibles. Ya sea que tú o algún ser querido sufra esta condición, tener la información necesaria es fundamental para encontrar ayuda a tiempo. Informarte y pedir ayuda pueden ser los primeros pasos hacia una vida más plena y satisfactoria.

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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción intrínseca al ser humano, que se manifiesta como una mezcla de sensaciones de miedo intenso e inquietud. Todas las personas experimentamos ansiedad alguna vez: es la manera que tiene el organismo para prepararse ante acontecimientos importantes y mantenernos en alerta.

Sin embargo, se habla de trastornos de ansiedad cuando los sentimientos de ansiedad se presentan en momentos inadecuados (donde no hay peligro real) o cuando los niveles de ansiedad son tan elevados permanentemente que interfieren en la vida diaria de la persona, desencadenando, a su vez, otros problemas de salud como fobias específicas o ataques de pánico.

Los trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad deterioran enormemente la calidad de vida de quienes los padecen. Fuente: Unsplash.

Síntomas de la ansiedad

Los trastornos de ansiedad presentan diferentes síntomas físicos y psicológicos. Sin embargo, entre los más recurrentes, se encuentran los siguientes:

  • Sensación de ahogo. La persona siente que le falta el aire y, en ocasiones, la respiración se vuelve rápida y profunda. Esto último se conoce como hiperventilación.
  • Palpitaciones. El ritmo cardíaco se vuelve más rápido y fuerte. La persona puede percibir latidos en el pecho, el cuello o la garganta.
  • Pensamientos negativos. Dichos pensamientos se mantienen durante todo el día y suelen estar acompañados de una preocupación excesiva por las cosas.
  • Problemas para conciliar el sueño. La sensación de nerviosismo y agitación constante impiden que la persona se relaje y descanse correctamente.
  • Tensión muscular. La preocupación excesiva hace que los músculos del cuerpo se tensen y aparecen malestares físicos, como dolor de espalda, dolor de cabeza, tensión y dolor en la mandíbula (bruxismo), entre otros.
  • Sudoración excesiva. Puede presentarse un aumento en la secreción de sudor en áreas como las manos, el pecho y las axilas.

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Causas de los trastornos de ansiedad

Partiendo de la premisa de que cada ser humano representa una combinación única, no solo desde la perspectiva genética, sino también desde una mirada sociológica y cultural, los causantes de la ansiedad pueden ser tan diversos como personas existen en el planeta. Tal es así que, en algunos casos puntuales, es imposible establecer con certeza el factor desencadenante. De todos modos, existen ciertos factores de riesgo o condiciones que facilitan la aparición de los trastornos de ansiedad. Algunos de ellos son:

  • Predisposición genética. A través de los genes es posible heredar cierta tendencia a padecer este trastorno.
  • Circunstancias adversas. Algunas situaciones sociales traumáticas, como presenciar un accidente de tránsito, o situaciones personales, como la muerte de un ser querido, pueden desencadenar los ataques de ansiedad. A veces, estos desaparecen luego de un tiempo. En otras ocasiones, pueden permanecer durante meses o años.
  • Consumo de estupefacientes. Las personas que consumen ciertos tipos de drogas o sustancias estimulantes poseen un mayor riesgode padecer episodios de ansiedad.
  • Causas médicas. En algunas personas, la ansiedad puede, en realidad, ser el síntoma de otra enfermedad o problema de salud subyacente. Algunas enfermedades cardíacas, así como la diabetes o el hipertiroidismo, incluyen a la ansiedad dentro de la lista de síntomas habituales. Asimismo, personas que padecen otros trastornos mentales, como la depresión, también pueden sufrirla.

Tipos de trastornos de ansiedad más comunes

La ansiedad se presenta de diferentes maneras. Los síntomas, los desencadenantes y los modos en que afecta a las personas varían, dando lugar a distintos tipos. A continuación, detallamos algunos de los tipos de trastornos de ansiedad más frecuentes.

Trastorno de ansiedad generalizada

Se caracteriza por la presencia de un estado de preocupación permanente durante el desarrollo de las actividades diarias. La relación entre la importancia del evento y la preocupación suele ser constante y desproporcionada.

Es posible padecer ansiedad generalizada tanto en la niñez como en la edad adulta. En las personas adultas, los desencadenantes más comunes suelen estar vinculados a problemas con el dinero, la familia, el trabajo o el miedo a padecer problemas de salud.

Trastorno de pánico

En este tipo de trastorno de ansiedad, la persona experimenta episodios cortos, intensos y espontáneos (ataques de pánico) de diferentes emociones físicas y psicológicas. A nivel físico, se pueden tener palpitaciones, taquicardia, sensación de ahogo, dolor en el pecho o falta de aire. A nivel psicológico, quienes padecen estos ataques suelen manifestar sentir miedo a morir. Según la intensidad del ataque de pánico, en ocasiones, la persona debe recibir atención médica inmediata.

Trastorno de ansiedad social (fobia social)

La persona que transita este tipo de trastorno de ansiedad manifiesta un gran miedo a enfrentarse a diferentes situaciones sociales. El temor al rechazo genera, a su vez, que la persona sienta vergüenza, inseguridad y preocupación de ser juzgada, humillada o percibida de manera negativa por los demás. El estrés diario que provoca este tipo de ansiedad afecta negativamente la rutina cotidiana de la persona (el trabajo, el estudio, las relaciones sociales, etc.).

Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad en el cual la persona tiene ciertos pensamientos (obsesiones) y rituales (compulsiones) ligados a ese pensamiento puntual que realiza de manera repetitiva. Por ejemplo, el miedo a perder algo puede llevar a que, frente a ese pensamiento, la persona se vea en la necesidad de verificar si tiene el teléfono móvil o la cartera consigo. Otro ejemplo de TOC es cuando una persona tiene miedo a los gérmenes y, por ende, siente que debe lavarse las manos permanentemente.

Trastorno de estrés postraumático

Este tipo de trastorno de ansiedad suele aparecer inmediatamente después de experimentar un hecho traumático. Las secuelas psicológicas tras un evento muy desagradable, como una guerra, un robo o un accidente, dan lugar a recuerdos persistentes del episodio traumático. Dicha situación emocional resulta en un estado de ansiedad y exaltación permanente ante la posibilidad de enfrentarse nuevamente con ese suceso. Por ejemplo, luego de sufrir un accidente automovilístico muy grave, la persona puede sentir ansiedad al subirse a un coche o incluso negarse a volver a conducir por el miedo que le generan los recuerdos de tal evento.

Trastorno de agorafobia

Las personas con este tipo de ansiedad suelen tener miedo de sufrir un ataque de ansiedad en un lugar público. Esto desemboca, a su vez, en que no quieran estar en lugares abiertos o en situaciones en las que es difícil escapar o pedir ayuda. Este trastorno puede llevar a quienes lo sufren a no querer salir de su casa, a tener miedo a quedarse en soledad o a no querer usar el transporte público, entre otras cosas.

Una mujer quiere aislarse para evitar sufrir episodios de ansiedad
Algunos trastornos de ansiedad, como la fobia social o la agorafobia, pueden llevar a que la persona quiera aislarse para evitar sufrir episodios de ansiedad. Fuente: Unsplash.

Trastorno fóbico

Este tipo de trastorno tiene como característica principal la presencia de un miedo irracional y persistente ante un objeto específico, una actividad o una situación particular. Este miedo conduce a la persona a evitar aquello que teme. Por ejemplo, una persona que le tiene fobia a los aviones, intentará evitarlos; una persona que le tenga fobia a las agujas, intentará no ponerse inyecciones, etc.

¿Cómo saber si tienes ansiedad?

A la hora de establecer si una persona sufre de un trastorno de ansiedad, lo más conveniente es recurrir a la ayuda de un profesional de salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra, ya que ambos se especializan en el diagnóstico y el tratamiento de este tipo de condición. El profesional tomará alguna de estas medidas:

  • Realizará un cuestionario para conocer el historial médico de la persona. Esto será útil para conocer si la persona ha sufrido con anterioridad algún episodio de depresión o, incluso, establecer si algún familiar también padece de ansiedad.
  • Analizará la sintomatología. Determinará qué síntomas presenta, con qué intensidad y frecuencia.
  • Analizará las posibles causas desencadenantes. Cambios recientes en la vida del paciente, duelos, acontecimientos traumáticos, etc.
  • Incursionará en la esfera psico-social de la persona. Cuáles son sus creencias y expectativas, cuál es su entorno psicosocial, etc.
  • Ante la sospecha de que pueda existir otra patología orgánica subyacente, como, por ejemplo, una enfermedad en el sistema nervioso, se realizará la derivación al profesional de la salud indicado.
Un profesional de la salud mental
El profesional de la salud mental realizará una evaluación para establecer si la persona sufre de ansiedad. Fuente: Pexels.

Con toda esta información, y tras descartar que no se trata de un problema de salud físico, el terapeuta establecerá cuál es el método y el tratamiento adecuado para ayudar a esa persona a gestionar la ansiedad.

Combatir la ansiedad con un profesional de la salud mental

Como mencionamos anteriormente, en algunas ocasiones, los episodios de ansiedad pueden estar ligados a otras condiciones de salud específicas. Sin embargo, en la mayoría de los casos no es necesario recurrir a un hospital para resolver esta condición.

Mediante la terapia, el psicólogo o el psiquiatra le ofrecerá a su paciente diferentes herramientas y tratamientos para disminuir los niveles de ansiedad. Este tratamiento puede ser:

  • Tratamiento psicológico. En concordancia con la rama de la psicología en la que el terapeuta se desempeñe (por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual), se brindarán diferentes herramientas para lidiar con la ansiedad. Además de tratar las causas de la ansiedad, el terapeuta podría enseñarle a su paciente algunas técnicas de relajación para tratarla.
  • Tratamiento farmacológico. De ser necesario, el profesional de la salud mental recomendará acompañar la terapia con la utilización de algún fármaco (como ansiolíticos) con el fin de ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad.

Tener dudas y preguntas antes de ir al psicólogo es muy normal. Sobre todo si la persona nunca antes ha hecho terapia. Sin embargo, es importante destacar que los psicólogos son profesionales, y como tales, no están allí para juzgar, sino para ayudar y brindar diferentes métodos para que las personas puedan sentirse mejor.

Es hora de hacer las paces con la ansiedad

Conocer la sintomatología más común de la ansiedad, así como sus desencadenantes y los tipos de trastornos asociados a ella, puede ayudarte a comprender si te encuentras atravesando una crisis de ansiedad inevitable (suscitada, por ejemplo, por un entorno que se presenta como amenazante) o si estás sufriendo alguno de los tipos de ansiedad que mencionamos.

Independientemente del tipo de trastorno de ansiedad que estés atravesando, a modo de cierre, nos gustaría regalarte dos reflexiones finales.

  1. La ansiedad es una sensación normal e inherente al ser humano. Todas las personas sufrimos ansiedad en alguna medida, por lo cual, debemos aprender a gestionarla y a tolerarla.
  2. Hay ayuda a tu disposición, no tienes por qué vivir con esa sensación para siempre. Hoy en día, hay muchos profesionales de la salud mental, como psicólogos o psiquiatras, preparados para asistirnos, acompañarnos en estas crisis y darnos las herramientas para aprender a gestionar la ansiedad y, fundamentalmente, para ayudarnos a vivir una vida más plena y feliz.

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